El artículo del neuromarketing me parece interesante, en primera instancia, porque es un tema nuevo el tocar a la demanda de los productos mediante los procesos mentales, detalle que la economía muchas veces olvida. Es importante aprender el proceso de asimilación de la información que recibe una persona cuando percibe una oferta o la información de un precio, cómo esta información se procesa en el cerebro, qué hemisferio lo procesa de manera más concienzuda, etc.
Según Néstor Braidot, algunas promociones desencadenan, desde un primer momento, un proceso de aprendizaje del cliente. Esto nos quiere decir que el cliente, al percibir un estímulo acerca de una oferta, esta permanece grabada en el cerebro y para una próxima oferta, desencadenará el mismo sentimiento que en primera instancia. Por lo que, en mi opinión, cuando una oferta es innovadora, esto quiere decir cuando se está ofreciendo un producto que nunca se ha ofrecido, el marketing que pronuncie debe ser impactante para que llegue al cerebro del cliente.
Uno de los puntos que me parecen más importantes en la lectura es la característica de los hemisferios del cerebro. No todas las personas van a reaccionar igual frente a una oferta porque la morfología de su cerebro o conductas frente a los hemisferios de este es diferente. Un punto importante creo que es que se pueda diferenciar grupos con características similares en los hemisferios del cerebro (para un futuro distante) para saber cómo impactar más a estos. Por ahora podrían adecuarse pruebas para ver si un individuo reacciona impulsivamente o es más calculador frente a una promoción.
Por otra parte, no estoy completamente de acuerdo con lo que afirma Braidot, que “El ser humano no decide racionalmente, aunque luego intente convalidar la necesidad de comprar con un razonamiento consciente”. Yo creo que muchas personas usan su raciocinio antes de realizar cualquier compra, sobretodo el impacto monetario y el costo de oportunidad que pueda traer, y lo digo porque yo hago lo mismo antes que vaya a comprar, y tampoco soy un espécimen de laboratorio. Con el simple análisis del costo de oportunidad te da cuenta de lo que podrías comprar si no compraras “ese producto”. Entonces ya el individuo usa el raciocinio en el proceso que Braidot denomina “metaconsciente”. No obstante sí estoy de acuerdo que nuestra impulsividad pueda favorecer a que el metaconsciente nos influya a compras banales.
Para concluir, este tema representa un campo muy vasto para el análisis mercadotécnico y de mera importancia para incluir en los estudios de mercados futuros. Creo yo que cuando se desarrolle un poco más la tecnología en este aspecto, el experto en marketing sabrá específicamente qué tipo de publicidad usar frente al exigente cliente.
jueves, 27 de noviembre de 2008
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